lunes, 15 de diciembre de 2014

VIH y vejez (a falta de un título mejor)

¡Hola!


Hace un par de semanas celebrábamos el día internacional de la lucha contra el SIDA, así que he pensado que sería buena idea dedicarle una entrada.

A principios de los años 80 (algunos ni siquiera habíamos nacido) se descubrió el virus de la inmunodeficiencia humana. Por aquel entonces, ser portador de este virus era sinónimo de SIDA y los pacientes fallecían a edades tempranas.


30 años más tarde, con los avances en farmacoterapia desde aquel entonces (paro para recomendar la película "Dallas buyers club" que le valió el oscar -merecido- a Matthew  McConaughey) han permitido que los portadores de este virus (VIH positivos) tengan una esperanza de vida similar a quien no lo porta (en el primer mundo, claro está). Para más información sobre este tema podéis leer el artículo "Closing the Gap: Increases in Life Expectancy among Treated HIV-Positive Individuals in the United States and Canada" pinchando aquí.

Así, ahora encontramos en nuestras consultas de Atención Farmacéutica a pacientes que vienen a recoger tratamiento para el VIH con edades por encima de los 50 años. Estos pacientes constituyen un nuevo reto, ya que, aparte de lidiar con el virus, pueden presentar otras comorbilidades, algunas derivadas del propio tratamiento (ojo, que todavía no hay nada inventado con cero efectos adversos) y otras derivadas del paso del tiempo: hipertensión, cardiopatías, diabetes mellitus, osteoporosis.... complican la farmacoterapia del paciente, incrementan los problemas relacionados con los medicamentos y aumentan las interacciones con los antirretrovirales. Para muestra, si hojeamos el artículo de Carol Holtzman y col, vemos que encuentran un porcentaje significativo de los pacientes estudiados reciben un tratamiento antirretroviral contraindicado o con una alta probabilidad de interacción con el resto del tratamiento que toman.

En esta misma línea, os dejo también el enlace a la presentación que el Dr. José Ignacio Bernardino, de la unidad de VIH del hospital La Paz hizo en el VI Congreso Nacional GESIDA, con algunos casos clínicos para que nos hagan pensar un poquito.

Esta nueva situación de polifarmacia nos da una gran oportunidad para afianzar la necesidad de un farmacéutico en el manejo pluridisciplinar que necesita el paciente VIH positivo: el médico, por muchas cualidades que tenga, no puede estar en todo, y nosotros tenemos que ser un punto clave en el seguimiento farmacoterapéutico, y aún más cuando tenemos que servir de unión entre varios especialistas que llevan a un mismo paciente.

¡Feliz semana!

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