lunes, 22 de diciembre de 2014

Pacientes antiadherentes como las sartenes de teflón

¡Buenos días!

Para este lunes os traigo una situación que ha pasado todo aquel que ha rotado por la consulta de Atención Farmacéutica: la falta de adherencia.

A grandes rasgos, la OMS define la ADHERENCIA como el grado en el que el comportamiento de un paciente coincide con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario. De esto se traduce que el paciente debe participar activamente y tiene que surgir un vínculo profesional-paciente que permita la toma conjunta de decisiones.

La falta de adherencia al tratamiento farmacológico es uno de los problemas más relevantes en el tratamiento de patologías crónicas. Dependiendo de la enfermedad, entre un 20 y un 50% de los pacientes no toman la medicación como es debido.

Esta situación se traduce en problemas como el fracaso terapéutico, la aparición de resistencias, mayores tasas de hospitalización y mayores costos sanitarios (dolor de bolsillo)

Existen distintos factores que pueden influir en la adherencia al tratamiento, algunos de ellos son involuntarios ("mira, es que entre tantas pastillas, o con estos horarios de trabajo que llevo, alguna vez se me olvida" -si me hubieran dado un euro cada vez que he escuchado esto, ahora sería rica-) y otros son premeditados (ya sea por miedo a reacciones adversas, por la creencia de estar tomando un exceso de medicación o por la falsa sensación de ausencia de enfermedad)

Sobre los factores voluntarios podemos actuar desde la consulta (cojo ideas de la guía NICE sobre adherencia a medicamentos): en la entrevista con los pacientes tenemos oportunidad de explicar claramente el tratamiento, conocer lo que el paciente espera del mismo, escucharlo para conocer sus preferencias y ayudarlo a tomar decisiones valorando sus riesgos y sus beneficios. También es conveniente disponer de un perfil farmacoterapéutico que recoja toda la medicación que toma, sus alergias y si ha sufrido algún efecto adverso.

Con respecto a los olvidos, se han probado estrategias como simplificación de la farmacoterapia (es de cajón: menos medicinas o menos dosificaciones, menos oportunidad de que se te olviden) y pastilleros con y sin alarma; pero, francamente, en la era del smartphone, ¿quién quiere ir por ahí con un pastillero que pita?, en este sentido, os dejo un artículo que habla de los beneficios potenciales de las apps sobre la adherencia. 

También os dejo un enlace a la página de la Asociación Americana de Farmacéuticos, con una tabla que recoge  apps diseñadas para mejorar la adherencia. Me quedo con MediSafe, disponible para iOs y Android, gratuita, en español y permite coordinar los horarios de medicación de toda la familia.

Buena semana y ¡Feliz Navidad!




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