lunes, 27 de octubre de 2014

¿Más Platón y menos Prozac?

Hola a todos:

Realmente este post no tiene demasiado que ver con el libro al que le plagio el título, pero le viene que ni pintado al tema al que le quiero dedicar la entrada de hoy.

A mediados de septiembre, el periódico el Mundo publicaba una entrevista a Allen Frances, un prestigioso psiquiatra estadounidense (la entrevista completa podéis leerla aquí: http://www.elmundo.es/salud/2014/09/14/54133868ca474128048b4570.html), cuando la leí, me resultó bastante impactante, así que la guardé en el cajón de las ideas para futuros post. Aunque ya he visto algún que otro comentario sobre ésto (para muestra un botón, os recomiendo la entrada del blog Docencia Rafalafena), me lanzo a dar mi opinión.


Esta entrevista viene a propósito de la presentación de su libro "¿Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la Psiquiatría", y la idea principal que saco es el problema que supone el sobrediagnóstico de trastornos mentales y su sobretratamiento con fármacos.

No creo que esto del sobrediagnóstico sea culpa únicamente de la industria farmacéutica, sino también nuestro: hoy en día preferimos que emociones normales como son sentir pena tras la muerte de un ser querido, estar agobiado por la cantidad de trabajo o sentirse triste a veces, sin motivo aparente, dejen de ser eso, normales, para convertirse en enfermedades y así poderlas tratar con medicamentos.

Otra idea que puede sacarse de la entrevista es que incluso cuando la enfermedad mental es real, los medicamentos disponibles para ella, a veces no son la mejor opción. Existen diversos estudios que muestran la efectividad de terapias conductuales y del efecto placebo frente al tratamiento con fármacos de trastornos mentales como la depresión. Los neurolépticos, antipsicóticos, antidepresivos, ansiolíticos y demás fármacos han demostrado ser eficaces en estas patologías; sin embargo, no están exentos de riesgos; por lo que sería lógico pensar que el tratamiento debería comenzar con la psicoterapia para añadir después, en caso necesario, alguno de estos medicamentos.

De cualquier manera, mi máxima siempre ha sido que cada paciente es un mundo y lo que le viene bien a uno probablemente no sea igual de bueno para otro; con lo que creo que debe apostarse por la individualización de los tratamientos.

Ya como final, os voy a dejar un enlace a uno de los programas de Redes "Fármacos para las emociones" que os recomiendo ver entero (es sólo media hora de vuestro tiempo) que hace un tour magnífico a través del desarrollo de medicamentos para las enfermedades mentales.




2 comentarios:

  1. Lo primero de todo decirte que ya se echaba de menos una entrada nueva por aquí. Así pues, gracias una vez más por otra entrada genial.

    Y ya metidos en materia (intentaré no explayarme mucho), me gustaría dar mi punto de vista sobre lo que tu llamas "preferir que emociones normales se conviertan en enfermedades". Estoy totalmente de acuerdo en que actualmente situaciones y emociones que han sido normales y del día a día de generaciones pasadas ahora se convierten en enfermedades cuyo tratamiento es, en la mayoría de los casos, farmacológico.

    Ahora bien, no estoy del todo de acuerdo en que "prefiramos" que sea así (a no ser que seas un gran Holding farmacéutico, entonces sí), me cuesta pensar que "preferimos" tener una enfermedad, por muy tratable que sea por el simple hecho de que es más fácil medicarse que buscar una solución plenamente fiable.
    Creo que esto está sucediendo por que no tenemos recursos, estamos viviendo enganchados a una sociedad sin recursos. Eso nos hace centrarnos, a veces incluso obsesionarnos, en una situación particular, acomodarnos en un ambiente concreto que, también debido al tipo de vida que llevamos, tarde o temprano cambiará.

    Muchas veces no somos capaces de asumir esos cambios, y es eso lo que nos hace enfermar ante algo que es totalmente natural. Por eso creo que es interesante, e importante que los tratamientos de estas situaciones no sólo pasaran por los fármacos (que a veces, aunque no tantas como se piensa, si son necesarios aunque sea para "arrancar"), pero sobre todo que se eduque al paciente en la búsqueda de recursos, que se fortalezca al paciente para poder asumir cambios, que lógicamente suceden de manera natural en todo momento.

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    1. Vaya jardín en el que te has metido…probablemente sea porque no he sabido transmitir bien el mensaje que pretendía hacer llegar. Resumo:
      1) Problemática del sobre-diagnóstico: hay que ser muy cautos con lo que se cataloga como enfermedad mental, cada vez la línea que lo separa del comportamiento normal es más estrecha.
      2) La farmacoterapia no es la vía fácil: no todo se puede resolver con pastillas y los medicamentos no están exentos de riesgos, en ocasiones resulta igual de efectiva la terapia conductual, o se consiguen mejores resultados combinando lo uno con lo otro.
      3) No creo que el enfoque del tratamiento de estos desórdenes esté en la falta de recursos, sino más bien en nuestra propia mentalidad; pensemos: colesterol alto ¿estatina o dieta exenta de grasas?, problemas para dormir ¿benzodiazepina o higiene del sueño?

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